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Isabel LlergoPeriodista especializada en TV y Celebrities
Creado: 02.09.2024 | 12:03
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l pasado 30 de agosto aterrizaba en Netflix la nueva serie de Carlos Montero, el creador de Élite. Respira está protagonizada por Blanca Suárez, Manu Ríos Najwa Nimri, Aitana Sánchez-Gijón y Borja Luna y cuenta con un total de ocho episodios de 50 minutos de duración que narran el día a día de un grupo de médicos que trabajan en el ficticio hospital valenciano Joaquín Sorolla.
No podemos negarlo, la ficción es entretenida y sus actores y actrices clavan sus personajes. Es rápida y cuenta con una cuidadísima imagen en cada una de sus escenas. Pero muchas veces peca de querer abarcar demasiados temas, desde los casos más surrealistas ocurridos en un hospital público hasta la complicada y turbulenta vida de sus protagonistas.
Todo pasa tan deprisa, que casi no te da tiempo a adivinar cuánto tiempo ha pasado entre una cosa y otra. En ocasiones, la coherencia brilla por su ausencia y los casos que se tratan en el hospital, tan polémicos como la privatización de la sanidad, las agresiones sexuales o el suicidio, acaban dejándose llevar por el morbo más que por la objetividad. ¡Repasemos los grandes fallos de Respira!
Pocos personajes, demasiados problemas
Los seis o siete protagonistas se enfrentan a un sinfín de adversidades, cada una más bizarra que la anterior. Huelgas de brazos caídos, incendios, violaciones, suicidios... Los personajes tienen tantos problemas personales que trabajar, lo que es trabajar, se les ve poco. Mientras el hospital sufre una crisis sin precedentes, Jessica (Blanca Suárez) y sus compañeros se enfrentan al episodio más traumático de sus vidas. Verles en la sala de descanso o debatiendo por sus derechos es la norma, mientras que los pacientes quedan relegados a un segundo plano.
Como hay pocos personajes, todas sus historias se entrelazan, muchas veces, de manera surrealista. La casualidad de falsificar el informe de una joven que asegura haber sido violada para luego descubrir que el presunto violador es el propio hijo de la doctora que atendió a la muchacha es cuanto menos inverosímil.
Otro ataque más al feminismo
Resulta que, en el polémico caso de Joana, una adolescente que acude al hospital asegurando que ha sido violada, solo Leo (Ana Rayo) cree su versión. Y la cree hasta tal punto de falsificar el informe para que conste que se encontraron abrasiones dentro de la vagin* y así poder condenar al presunto agresor.
Todo cambia de manera radical cuando Leo descubre que el agresor es su hijo. En ese momento, la doctora mueve cielo y tierra para sacar a su hijo de la cárcel, pidiéndole a su residente que mienta por ella en el juicio. Curiosamente, May (Marwa Bakhat), musulmana, lesbiana y embarazada (ahí es nada), dudó desde el principio del testimonio de la víctima por no encontrar signos de violencia en su cuerpo.
La obsesión de Netflix por poner sobre la mesa el tema de las denuncias falsas realizadas por mujeres es bastante interesante, teniendo en cuenta que repitieron el mismo patrón hace apenas un mes en la serie Express de Maggie Civantos. Y para remate de los tomates, justo tiene que ser una médica conhiyab la que dude de la versión de la víctima, con lo calentito que está ahora el tema de la inmigración, especialmente musulmana en España.
No, Respira no es una serie feminista e incluye demasiados clichés que vuelven a poner el foco de atención en la víctima en lugar de en el agresor. La necesidad de confundir al espectador con un tema tan importante como las denuncias falsas no es transgresor, ni divertido ni progre. Es, en todo caso, morboso y algo inapropiado, pues en un país donde han muerto más de veinte mujeres solo este año a manos de sus parejas, podría tratarse el asunto de una forma mucho más realista y educativa.
Najwa Nimri siempre hace de "borde"
Llamadme loca, pero creo que la icónica Zulema de Vis a vis no aporta nada que no hayamos visto antes. Najwa Nimri ha hecho de presidiaria borde, de madre borde (Sagrada familia), de policía borde (La casa de papel) y ahora de política de derechas borde. Y lo cierto es que nos encanta, amamos esa capacidad tan suya de hacerte reír con su sola presencia. Pero no sé, igual ya cansa un pelín. Aun así, Nimri es de lo mejorcito de la serie, parodiando a la "caspa" más oscura y maquiavélica de la política española y viviendo un constante tira y afloja con un médico de izquierdas que, aunque al principio no la soporta, pone todo de su parte para salvarla.
Y es que lo que sí muestra a la serie a la perfección es la obsesión de los políticos por hacer de su vida, un espectáculo. Patricia Segura (Nimri), presidenta de la Generalitat valenciana y responsables de locuras como trasladar a pacientes graves a sus casas por falta de espacio y personal, convierte su tragedia con el cáncer de mama en un show televisivo para ganar votantes.
Aires de película de Antena 3
Muchas veces peca de ser demasiado intensa y acaba recordando a las películas del sábado por la tarde en Antena 3 o las típicas series americanas del estilo Rex, un policía diferente. Un caso casi imposible de resolver cada día y unos actores con una vida personal más compleja que todos los colaboradores de Ni que fuéramos shhh juntos.
"Con una historia trillada, polarizada y simplona unida a un guión torpe y plano, arranca Respira. Una serie a la que tampoco la ayudan su ritmo frenético y su falta de profundidad tanto en lo médico como en lo personal. En conclusión, Respira es un simple pasatiempo atropellado que no termina de funcionar ni en lo médico ni en lo social y al que le falta frivolidad para destacar en lo telenovelesco. Quizá le venga bien hacer huelga sin servicios mínimos, parar y coger aire de cara a su segunda temporada", se puede leer en una de las críticas de Filmaffinity.
Salud mental y 'ETS'
"Hoy en día, la diabetes es mucho más peligrosa que el SIDA", dice el actor Xoan Fórneas en uno de los episodios, intentando animar a su "amante", que se ha contagiado de SIDA en una extraña orgía hom*osexual y quien, casualmente resulta ser hijo de una de las doctoras más veteranas del Sorolla, Pilar, interpretada por Aitana Sánchez-Gijón.
Como en Élite, su creador da visibilidad a las drogas, el sexo sin precaución y las enfermedades de transmisión sexual. Curiosamente, siempre desde el prisma de la diversión, el descubrimiento personal y las aventuras "locas". El hijo de Pilar acaba ingresado y dando positivo a tantas enfermedades que asusta, mientras el médico que se acostó con él un par de noches antes cena en su casa con su madre como si nada hubiese pasado.
Muchos trabajadores, un solo colectivo
Falta gente. En el hospital todos son políticos, médicos o pacientes. Las enfermeras y enfermeros, los celadores, simplemente brillan por su ausencia. staría bien que, ya que se pone alguien a preparar una serie, ésta no sea un calco de otra norteamericana. "Mucho reivindicar la sanidad, pero en una sola dirección y con visibilidad para un solo colectivo, al resto que le den, como siempre. Cuánto daño ha hecho Anatomía de Grey: charlas personales sobre pacientes, habitaciones médicas destinadas a sexo, cesáreas de urgencia junto al ascensor con la paciente intubada y fallecida, problemas en despachos con conflictos de intereses...", dice otra usuaria sobre la serie.
Blanca Suárez, ¿la mala del cuento?
Manu Ríos interpreta a Biel, uno de los médicos residentes que, casualmente, mantiene un idilio furtivo con la doctora Jésica, quien le saca fácilmente unos diez añitos y que le utiliza para satisfacer sus deseos más primarios mientras mantiene una relación sólida con el director del hospital.
Vamos, el patrón de hombre infiel de toda la vida pero esta vez, siendo la mujer la que engaña, se aprovecha y beneficia del enamoramiento de un jovencito recién salido de la facultad. Un argumento bastante básico, las cosas como son. Suárez lo hace bien, en su línea, domina el drama a la perfección, llora si hay que llorar y cura si hay que curar. Pero poco más... Apenas da tiempo a sentirte identificada con ninguno de los personajes, que quieren abarcar demasiado dejando en el limbo los temas más importantes.
En definitiva, Respira es una serie que se puede ver, que te va a mantener entretenida unas horas, pero que no se va quedar clavada en tu memoria por sus increíbles guiones o su trepidante trama. Es una serie de médicos más con numerosos errores que, esperamos, se solucionen de cara a una segunda temporada que ya ha sido confirmada.
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